Utilizando material genético presente en el agua de mar, equipo científico identifica cambios temporales en arrecifes de Chile Central

La investigación, realizada por el Núcleo Milenio NUTME, es el primer estudio de biodiversidad que se hace a partir de ADN ambiental en arrecifes semi-profundos de zonas de surgencia.

 

Desde los organismos más pequeños, hasta la ballena azul, todos los seres vivos vamos dejando atrás parte de nuestras células con información genética (ADN). A partir de estas huellas que van quedando en el ambiente, y que se pueden colectar en muestras de agua o sedimento, es posible estudiar la biodiversidad de diferentes ecosistemas.

 

Durante las cuatro estaciones, desde una embarcación pequeña, el equipo del Núcleo Milenio NUTME obtuvo muestras de agua de mar de 30 y 60 metros, en dos localidades de Chile central donde están estudiando los arrecifes semi-profundos o mesofóticos: Las Cruces y Algarrobo. A partir de las muestras, y utilizando diferentes procedimientos de laboratorio, obtuvieron secuencias genéticas que permitieron identificar a un número importante de grupos de especies marinas.

 

Los resultados indicaron la presencia total de 402 grupos (familias) de organismos, correspondiendo la mayoría de ellos a artrópodos, diatomeas (microalgas), cordados (como los peces) y ciliados.

 

Al comparar las muestras de agua de ambas localidades (16 km de distancia entre ellas) y las muestras obtenidas de arrecifes rocosos de distintas profundidades (30 y 60 metros) no observaron diferencias importantes. Los grupos de organismos detectados mediante ADN ambiental fueron similares. Sin embargo, al analizar las muestras de las diferentes estaciones del año sí se encontraron diferencias, siendo el verano la estación con menos riqueza de grupos de organismos. ¿Qué podría generar esta diferencia?

 

 

Las y los autores de la investigación constataron que en los arrecifes estudiados la temperatura no muestra variaciones estacionales importantes, por lo que no sería este el factor influyente. En cambio, proponen otra variable que podría ser muy relevante: los niveles de oxígeno disuelto en el agua. Estudios previos han descrito, para primavera y verano, la llegada de aguas frías con niveles bajos de oxígeno (aguas hipóxicas) a profundidades mayores que 30 m y especialmente a los 60 m, las que podrían estar afectando a invertebrados marinos y peces.

 

El investigador Pablo Sáenz-Agudelo, quien lideró este estudio, indica que en Algarrobo y Las Cruces han registrado periodos largos y recurrentes de bajas de oxígeno y comenta “Con los datos que tenemos no podemos aventurarnos en conclusiones respecto de este tema, pero sin duda que la información generada abre un nuevo camino para investigar cuán recurrentes están siendo los eventos de hipoxia y cómo afectan a la estructura y diversidad de las comunidades de arrecifes mesofóticos templados, en zonas de surgencia.”

 

El estudio también analizó las limitaciones y ventajas del uso del ADN ambiental para monitorear la biodiversidad en ecosistemas marinos frágiles y difíciles de visitar, como los arrecifes mesofóticos. Sin dudas que queda un largo camino por recorrer, pero esta investigación proveerá de una línea base para los estudios de biodiversidad de los arrecifes semi-profundos de la región que vengan.

 

 


El artículo completo fue publicado en febrero de 2024 en la revista Ecology & Evolution y puedes acceder a él de forma gratuita en este enlace https://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1002/ece3.10999.

 

Si quieres ver imágenes del trabajo en laboratorio y conocer un poco más de los diferentes procedimientos realizados con las muestras de agua revisa el siguiente post: https://www.instagram.com/p/CgcwUgoO6Mx/

 

Texto: Celeste Kroeger C.

Fotografías: Rodrigo Alarcón, Beatriz Salgado & Alejandro Pérez-Matus.

 

 

 

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