La investigación, realizada durante tres años, señala que este fenómeno podría verse incrementado por los cambios en los sedimentos y arenas costeras y ausencia de controles biológicos. Se estima que el alga predominante podría haber sido introducida en nuestras costas.
Créditos de texto: Instituto SECOS
Créditos fotos: SECOS-UNAB
Desde hace más de dos décadas que las playas de la Bahía de Algarrobo comenzaron a experimentar una proliferación de algas verdes, fenómeno que ha causado fuerte impacto en actividades de relevancia para la comuna como el turismo. Conocidas como “mareas verdes”, estas floraciones causan que buena parte de las playas y rocas estén actualmente cubiertas por un manto verde de algas que provoca mal olor y dificulta acceder al mar.
Aunque este fenómeno a nivel mundial es conocido hace más de 100 años, ha aumentado su frecuencia en décadas recientes, causando preocupación de las comunidades costeras debido al impacto en sus actividades cotidianas, en la pesca artesanal y en particular el turismo y recreación.
Por esta razón y a partir del 2021, investigadores de diversas universidades y centros de científicos del país, liderados por el Instituto Milenio en Socio-Ecología Costera (SECOS), el Centro UC Observatorio de la Costa, la Estación Costera de Investigaciones Marinas UC, y el centro Copas-Coastal, iniciaron un programa de investigación para levantar evidencia científica sobre las condiciones ambientales de la bahía de Algarrobo y su posible conexión con las mareas verdes en las playas.
Carolina Martínez, directora del Centro UC Observatorio de la Costa, explica que el problema de las mareas verdes se concentra especialmente en el sector sur de la bahía de Algarrobo, donde a raíz de este problema la población de la comuna comenzó a ver fuertemente restringidas sus actividades recreativas y económicas. “Esta fue una de las inquietudes que recogimos a partir de nuestro trabajo con las comunidades en esta zona, afectadas por una serie de problemáticas complejas, como la erosión costera, la excesiva urbanización, la contaminación y una pérdida general de ecosistemas”.
Por su parte Sergio Navarrete, investigador de la Estación Costera de Investigaciones Marinas UC, del Instituto Milenio SECOS y del Núcleo Milenio NUTME, menciona que “este trabajo entrega una cantidad de información muy importante en diversos aspectos del ecosistema marino de la Bahía de Algarrobo, con base sólida científica y que permite abordar al menos algunas de las hipótesis que habían sido planteadas, para enfocarse en aquellos aspectos que pueden influenciar la proliferación de las mareas verdes y medidas de mitigación”.
Identificar las algas
Tras tres años de investigación y varias campañas en terreno, las conclusiones del informe, que fueron entregadas al municipio y organizaciones comunitarias locales a fines de diciembre, eliminan algunas hipótesis y abordan posibles explicaciones, aunque no concluyentes, sobre los factores que estarían generando estas mareas verdes en la bahía desde hace al menos 20 años.
Una de las aristas de la investigación, coordinada por Loretto Contreras, académica de la Universidad Andrés Bello (UNAB) e investigadora SECOS, junto a Pilar Haye (UCN y SECOS) y un grupo interdisciplinar de investigadores, descubrieron que existen cinco especies de algas del género Ulva presentes en estas mareas verdes. Sin embargo, el alga predominante corresponde a la especie U. stenophylloides, que no había sido descrita para nuestras costas y podría haber sido introducida a la bahía.
“Este trabajo colaborativo en términos de la identificación de las especies, es un hito para la zona Sur del Pacífico y para Chile y nos permite avanzar en posibles acciones de control de la biomasa, entender su procedencia y establecimiento, como también su posible uso posterior. Creemos que pueden ser especies introducidas, porque no había registros anteriores, sin embargo, se requiere un mayor trabajo colaborativo en identificar estas especies presentes a lo largo de Chile, proyecto paralelo que comenzaremos este año”, menciona Loretto Contreras, también del Centro CAPES.
Además, la proliferación de estas algas se explicaría por los niveles de nutrientes presentes en la costa de Chile, debido al fenómeno de surgencia costera producida por vientos desde el sur y que aporta aguas profundas frías y muy ricas en nutrientes. Este fenómeno, presente en varias zonas costeras del país, impulsa altas tasas de crecimiento para la biomasa de macroalgas y de fitoplancton, favoreciendo un crecimiento constante y más notorio en verano de estas mareas verdes.
Construcciones y erosión costera
También es posible, agrega el estudio, que la demostrada pérdida de arena de las playas de Algarrobo debido a la erosión costera haya impactado en la zona de Playa Los Tubos -una de las más afectadas en el sector sur-, transformando fondos arenosos permanentes, en fondos duros efímeros que favorecen a Ulva al ser cubiertos por arena periódicamente, eliminando otras especies. Sin embargo, se advierte que no existe información suficiente que permita evaluar esta hipótesis y que se requerirá más investigación al respecto.
A las conclusiones, se suma el potencial impacto que ha tenido el cierre del sector Cofradía Náutica por el espigón que une la costa con el Islote Pájaro Niño y que fue construido en 1978. “Los resultados también sugieren que, aunque no se ha alterado el patrón de oleaje, el espigón ha alterado levemente los patrones de transporte de sedimentos a lo largo de la costa y en el sector Cofradía, atenuando la morfodinámica de las playas del sector sur de la bahía.” Estos resultados deben contextualizarse con estudios de los cambios en los aportes de sedimentos producidos por la alta urbanización de las quebradas y cuencas costeras que drenan sedimentos a la bahía y el cierre de los estuarios que también son relevantes en la dinámica sedimentaria de la playa”, señalan Matías Gómez académico de la Universidad de Talca y Carolina Martínez, a su vez investigadora SECOS y Geografía UC. Esta parte del estudio continuará durante 2025 con el fin de mejorar el modelado costero e integrar los efectos de las marejadas en la erosión costera y la urbanización de quebradas locales en el transporte sedimentario de la bahía.
“Esas especies que tienen buenas condiciones para proliferar, se expandieron en ese lugar lo más probable no solo por una condición natural, sino por condiciones favorecidas por degradación antrópica de los ecosistemas costeros. Y otro de los puntos que pensamos es que efectivamente el control de otras especies, incluyendo herbívoros como lapas, locos, erizos, invertebrados y peces que son extraídos de la zona, tampoco ha ayudado a mantener estas especies bajo control” agrega Sergio Navarrete, también investigador COPAS-COASTAL.
Impacto de la contaminación
Otro de los factores estudiados fue la contribución de nutrientes por parte del Emisario Submarino ESVAL de Algarrobo, que se especulaba podría incidir en el fenómeno, sin embargo, las conclusiones arrojaron que no jugaría un papel relevante en la persistencia de las mareas verdes del sector sur de la bahía.
Pese a esto, el grupo de autores recomienda incorporar un programa de monitoreo de coliformes en los organismos filtradores de la bahía, tanto de sectores rocosos, como los choritos, como de fondos blandos, como es el caso de las almejas, para definir de mejor manera el área directamente impactada por la materia orgánica y coliformes fecales provenientes del emisario y definir así una zona segura de extracción de mariscos para consumo humano.
“Los problemas de este tipo de mareas verdes en todo el mundo son súper complejos y se han atribuido muchas veces de manera apresurada a algunas causas que no son las directas. La información que proveemos permite ahora avanzar hacia estudios de mitigación basados en esa información. Por lo mismo, queremos realizar un evento informativo a la comunidad en marzo para poder responder preguntas y explicar algunos alcances de los resultados y también pensar en cómo podemos avanzar o apoyar los trabajos que pueden ser más de mitigación”, añade Navarrete.
Finalmente, otra de las conclusiones de la investigación recomienda realizar estudios para identificar las especies de Ulva presentes en otras bahías del país, donde las mareas verdes están también presentes, como la bahía de Coliumo en Biobío. Para ello se aconseja realizar estudios de línea base y establecer sitios de observación permanente mediante un programa de ciencia ciudadana para la vigilancia de las mareas verdes en Chile. “Es importante también establecer medidas simples que impidan la dispersión de estas algas a otras bahías de Chile, y para ello estamos colaborando con los clubes deportivos de la zona”, concluye Navarrete.